miércoles, 13 de mayo de 2009

Visionando la Regeneración del Planeta Tierra


“… no es científico aceptar el concepto de la biosfera, y rechazar el de la noosfera. La noosfera es tan parte de la Tierra, como lo es cualquier otra esfera, tal como la hidrosfera. De hecho, en virtud de ser la causa de la mayoría de las aflicciones ecológicas, y el asiento de toda acción ecológica, la noosfera debería ser, desde el punto de vista del ecologista, la capa más crucial. Su salud y su protección de la perversidad propia del hombre sería una de sus preocupaciones. Porque, obviamente, la polución noosférica es la fuente de toda polución.” P. R. Masani, “The Ecology of the Noosphere …” (1995)

Cuando se dice que “la polución noosférica es la fuente de toda polución,” estamos hablando del rol de la capa de pensamiento humano, en el esquema de sistema entero del diseño planetario. Este diseño constituye una dinámica evolutiva. Al traer la noosfera a la discusión de la crisis biosférica, estamos reconociendo que, a menos que pongamos nuestras mentes a pensar en el significado y la naturaleza de la noosfera, no vamos a resolver la crisis biosférica. Primero que todo, esto significa reconocer el impacto de la capa de pensamiento humano en todos los ciclos biogeoquímicos - evolutivos y dinámicos - del sistema de la Tierra.

“PREOCÚPATE. PREOCÚPATE MUCHO.” La nota de portada de la revista Timedel 3 de abril de 2006, con un reportaje especial sobre el calentamiento global, pide a gritos tu atención: “El cambio climático no es un problema futuro vago; ya está dañando al planeta, a un ritmo alarmante. He aquí, cómo te afecta a ti, a tus hijos, y a sus hijos también.”


Por el modo, en que Time lanza este artículo, podrías pensar que el cambio climático era el villano, desviando, por consiguiente, la atención de la idea, de que el calentamiento global pudiera ser una función de la polución noosférica. El daño, que emana del agotamiento humano de los recursos, y la emisión consecuente de gases de invernadero, no hubiese ocurrido, si la capa de pensamiento humano – como la noosfera - no hubiera primero desarrollado los conceptos de la tecnología de máquina y el consumo de combustible fósil o la energía atómica, requerida para operar este vasto complejo, la tecnosfera. Debemos entender, que la característica distintiva del elemento humano, en la biosfera, es la capacidad para simultáneamente evolucionar, y luego, participar en la capa de pensamiento del planeta, la noosfera.


Sin entender el significado y el propósito evolutivo de la noosfera, como la mente autorreflexiva o la capa mental del planeta, no comprenderemos verdaderamente, los tipos de soluciones necesarias, para reestablecer un futuro viable para el planeta. Como indica P. R. Masani, hasta ahora, “el movimiento ecológico se ha quedado corto, siendo el escollo, el desdén hacia la noosfera.” Esto es muy relevante. Así como la mayoría de los humanos son apenas conscientes, de ser un miembro funcional - o disfuncional - de la biosfera, muy pocos son conscientes de estar participando en un campo mental colectivo, llamado la noosfera.


La noosfera es el campo mental, que damos por sentado, como el entorno psicológico común para todos. Este entorno mental, inconscientemente incluyente, está cargado de supuestos, y, dependiendo de, en qué parte del mundo pudieras encontrarte, puede estar lleno de flagrantes contradicciones. Los supuestos mentales de un granjero de Iowa pueden ser muy diferentes, de los de un campesino de las provincias interiores de China, y mucho más, de uno de Irán. Sin embargo, no importa en dónde estemos, nosotros generalmente suponemos, que lo que suponemos, cualquier otro lo hace también, y que si alguien supone, en forma diferente, es él, quien está equivocado, y no nosotros. Ésta es la inconsciencia de la noosfera.

Al considerar la Tierra, como un sistema entero, debemos asumir, ahora, la responsabilidad por los pensamientos, que creamos y que cargan al campo mental o capa pensante de la Tierra, con las causas reales de todo lo que nos aflige a nosotros y al planeta. No sólo debemos asumir la responsabilidad, por nuestros propios pensamientos, sino que debemos darnos cuenta de la relatividad de nuestro pensamiento y de nuestros supuestos, en relación al pensamiento y supuestos de todos los demás- y quizás, repensar todo nuestro programa. Si pudiéramos ver la capa pensante de toda nuestra especie, como una esfera cubriendo todo el planeta, la veríamos, como un defectuoso tejido de retazos, dividido política, religiosa e ideológicamente, moralmente obtuso, saturado por los efectos de la codicia generadora de ganancias- y todo, menos unificado. Es el juego de fuerzas salvajemente inconsistentes e incoherentes, dentro de esta capa pensante, la noosfera, lo que perpetúa e impulsa la toma de decisiones políticas, religiosas, nacionalistas y corporativas, que conforman el mundo de todos los días. Hasta que no nos hagamos verdaderamente conscientes de ello, permanecerá fuera de control y continuará haciendo estragos en la biosfera.


Earth_with_Grid No es simplemente el desdén de los ecologistas por la noosfera, el escollo, para la solución del problema mundial, sino la renuencia de los científicos, en general, a admitir que el pensamiento humano y sus actividades subsecuentes, en la biosfera, podrían tener un efecto- tal como el calentamiento global. Esto se debe, a que la mayoría de los científicos son renuentes a investigar y apropiarse realmente, de lo que está en sus propias mentes. Si la industria humana - las necesidades trastornadoras y destructoras de la tecnosfera - es la raíz del problema ambiental, entonces, la raíz de la industria humana está en la mente humana. Los delfines no inventaron el reloj; lo hizo el hombre. Y el reloj provino de la mente humana. Cuando el hombre inventó el reloj, y lo volvió una parte inextricable de la noosfera, abrió la caja de Pandora de la mecanización y la política monetaria, que rápidamente lo transformó a él, a su mente y a su mundo, volviéndolo el depredador dominante del planeta, saqueando despiadadamente la Tierra, para lo que le demandan sus máquinas.


La irradiación del hombre es la hominización de la Tierra. Al irradiarse tecnológicamente, por todo el planeta, el homo sapiens ha llevado inadvertidamente la noosfera a su manifestación, o más bien, la ha extendido como una zona mental inconsciente y crepuscular, que cubre el mundo entero. La noosfera humana ha tenido, en el planeta, un impacto, que es geológico, por naturaleza, provocando amplias extinciones de especies y un cambio climático sin precedentes, sin mencionar el agotamiento de los recursos vitales, tales como la selva húmeda, el petróleo, el plankton, y los arrecifes de coral.


Es el impacto, a nivel mundial, del pensamiento humano, y su transformación en tecnología de máquina, el que ha hecho de la noosfera, un fenómeno planetario, aunque inconsciente. Ahora, esta noosfera se halla en el proceso de volverse consciente. A medida que, lentamente, más humanos se convencen del hecho, de que nuestro pensamiento es lo que está en la raíz de la destrucción del mundo, la noosfera llega a estar mucho más cerca, de hacerse consciente. Pero, primero, debe pasar por una fase intermedia: la ciberesfera. Como la exteriorización de la noosfera en una red electrónica, la ciberesfera es el sistema nervioso virtual del planeta.


La exteriorización de la noosfera - la capa planetaria de pensamiento – empezó primero, con los medios impresos. Luego, a través del telégrafo, el teléfono, la radio, la televisión, la computadora, el fax, la PC, el teléfono celular e Internet, el homo sapiens exteriorizó la capa de pensamiento en la ciberesfera, convirtiéndola en la noosfera virtual. Pero, la extensión artificial de la capa de pensamiento, todavía le permite al hombre evitar darse cuenta, de que está tratando solamente con sus propias manipulaciones mentales, unas ingeniosas proyecciones, que simulan, a una hipervelocidad de gigabytes, unos mecanismos y unos procesos. aún no reconocidos, de su propia mente. ¿Y qué, si el hombre volviera su atención a la mente misma, como un medio colectivo autorreflexivo, la noosfera, y quitándose el glamour de sus ingeniosos inventos, volteara hacia el interior, para ver la raíz de su inventiva, en sí mismo? ¿Y qué, si al tratar con la crisis biosférica, el humano reconociera que, en realidad, está tratando con una emergencia noosférica - una emergencia, no sólo en el sentido de algo, que necesita una atención inmediata, sino también, en el sentido de algo, emergiendo inminentemente - la noosfera, volviéndose consciente de sí misma?


No es tanto, que la biosfera esté en crisis, como que es la noosfera, la que tiene una crisis nerviosa- una buena señal, de que está a punto de crecer.

Extracto de la Ponencia en el Segundo Congreso Planetario de Derechos Biosféricos Presentado por el Instituto de Investigación Galáctica – Fundación para la Ley del Tiempo

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